Nosotros como Escuela, tenemos el deber de propiciar espacios y hàbitos en los cuales nuestros alumnos se sientan estimulados a fortalecer sus propias fuerzas interiores, y producir hechos originales; desarrollando autoeducaciòn. Juntos docente y alumno se enriquecen mutuamente, con sus subjetividades, con las ganas y la curiosidad de seguir explorando caminos diversos de saberes. En este marco, nos comprometemos a seguir trabajando desde el gran valor de la relaciòn dual "vincular".
Citando palabras del Pedagogo Paulo Freire; Los invito a reflexionar, familias, alumnos y docentes sobre la Pedagogìa de la Esperanza...
"Hay una relación entre la alegría necesaria para la actividad educativa, y la esperanza. La esperanza de que podemos juntos aprender, enseñar, inquietarnos, producir, y juntos igualmente resistir a los obstáculos que se oponen a nuestra alegría. La esperanza forma parte de la naturaleza humana. Es un condimento indispensable de la experiencia histórica.
Lo fundamental es que nosotros: profesores y alumnos sepamos que la postura que tomemos, es en acto dialógica, abierta, curiosa, indagadora, y no pasiva, en cuanto al habla o en cuanto a la escucha. Lo que importa es que ambos se asuman como seres epistemológicamente curiosos.
La práctica educativa es todo eso: afectividad, alegría, capacidad científica, dominio técnico al servicio del cambio y de la permanencia del hoy. El educador progresista necesita estar convencido de que una de sus consecuencias es hacer de su trabajo una especificidad humana. " .
Bienvenidos queridos alumnos, desde la razòn y con fè; en que los objetivos, paso a paso se pueden lograr, en tiempos particulares y con afectividades mutuas.
Gabriela. F Villalba.
Profesora en Educaciòn Especial
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